La orquiepididimitis es una condición inflamatoria que afecta a los testículos (orquitis) y al epidídimo (epididimitis), las que son estructuras clave en el sistema reproductor masculino. Esta afección puede ser de tipo aguda o crónica, y suele estar asociada a infecciones bacterianas, enfermedades de transmisión sexual (ETS) u otra clase de causas.
En este artículo, estaremos explorando de manera profunda qué es la orquiepididimitis, cuáles son sus causas, sus síntomas, cómo se realiza su diagnóstico, cuáles son los tratamientos disponibles y cómo se puede prevenir, además de responder a las preguntas más frecuentes acerca de esta condición.
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¿Qué es la orquiepididimitis?
La orquiepididimitis es la condición en la que se produce la inflamación simultánea del testículo (orquitis) y del epidídimo (epididimitis), que es un tubo enrollado que se ubica en la parte posterior del testículo que almacena y que además transporta a los espermatozoides. Esta inflamación puede presentarse de dos formas.
La primera forma es una orquiepididimitis aguda, la cual se desarrolla de manera rápida, en general en cuestión de horas o días, con síntomas intensos como el dolor testicular agudo, una hinchazón marcada y fiebre. Es una condición mucho más común en hombres jóvenes sexualmente activos debido a las infecciones de transmisión sexual (ETS) relacionadas como la clamidia o la gonorrea.
Por otro lado, la orquiepididimitis crónica se da cuando la condición persiste durante semanas o meses, con episodios recurrentes de molestias testiculares leves a moderadas. Esta enfermedad suele estar relacionada con infecciones urinarias recurrentes, obstrucciones del tracto urinario o prostatitis crónica en hombres mayores.
Las estructuras afectadas por la orquiepididimitis son el epidídimmo, que es el conducto donde maduran y se almacenan los espermatozoides. Su inflamación (epididimitis) puede obstruir el paso de los espermatozoides, afectando la fertilidad, y el testículo, pues la inflamación testicular (orquitis) puede dañar las células productoras de espermatozoides y testosterona, especialmente si no se trata a tiempo.
Quienes presentan un mayor riesgo de contraer epididimitis son los hombres entre 15 a 35 años, principalmente debido al contagio de Enfermedades de Transmisión Sexual, los hombres mayores de 40 años por infecciones urinarios o problemas prostáticos, y los pacientes con sondas vesicales o que se hayan realizado cirugías urológicas de manera reciente.
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Causas
Infecciones bacterianas
La causa más frecuente son las infecciones bacterianas, que pueden llegar al epidídimo y a los testículos a través de enfermedades de transmisión sexual (ETS) como la Chlamydia trachomatis y Neisseria gonorrhoeae (que es común en hombres jóvenes sexualmente activos); o debido a infecciones urinarias o prostáticas, con bacterias como la Escherichia coli (que es más frecuente en hombres mayores o con hiperplasia prostática).
Infecciones virales
El virus de la parotiditis (o paperas) puede causar orquitis en alrededor del 30% de los hombres no vacunados que contraen esta enfermedad.
Otras causas
Hay otra clase de causas comunes como los traumatismos en la zona escrotal, el reflujo de orina hacia el epidídimo (por esfuerzo físico intenso o obstrucción urinaria), o, en casos raros, por la tuberculosis.
Síntomas
Los síntomas varían según la causa (infecciosa o no infecciosa) y la gravedad, pero los más característicos pueden incluir un dolor testicular que generalmente se da de manera unilateral y que puede irradiarse a la ingle o a la parte baja del abdomen, la hinchazón y el enrojecimiento escrotal, con una sensación de pesadez, el aumento de la sensibilidad al tacto, dificultando de esa manera las actividades como el caminar o sentarse, y la presencia de fiebre y escalofríos en los casos infecciosos agudos.
Los síntomas asociados a las ETS son una secreción uretral que puede ser blanca, amarilla o verdosa, ardor al orinar (disuria) y dolor durante las relaciones sexuales o la eyaculación.
Los síntomas en casos no infecciosos incluyen un dolor más leve pero persistente, con una inflamación intermitente, relacionada al esfuerzo físico o al reflujo urinario.
También es necesario notar la presencia de signos de gravedad, los cuales requieren de atención urgente, como una fiebre alta de más de 38.5 °C, un absceso escrotal (con piel brillante y fluctuación al tacto) y las náuseas o vómitos, pues sugieren una posible torsión testicular, lo que constituye una emergencia quirúrgica.
¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico de orquiepididimitis requiere una evaluación clínica exhaustiva para diferenciarla de otras condiciones como la torsión testicular (que requiere cirugía inmediata). Los pasos incluyen la revisión de la historia clínica y un examen físico, evaluando los síntomas como la duración del dolor, la presencia de fiebre y los antecedentes de ETS o infecciones urinarias. Se puede hacer un tacto rectal si se sospecha de prostatitis asociada y una palpación del epidídimo y testículos para detectar el aumento de tamaño, nódulos o sensibilidad.
También se realizan pruebas de laboratorio, con análisis de orina y urocultivo, identificando bacterias como E. coli o Enterococcus. Se realiza un PCR para ETS para detectar la Chlamydia trachomatis o Neisseria gonorrhoeae. Un hemograma se usa para detectar leucocitosis (aumento de glóbulos blancos) en infecciones bacterianas.
Se pueden requerir de estudios de imagen como una ecografía Doppler escrotal para confirmar la inflamación del epidídimo o testículo, para descartar la torsión testicular o para detectar abscesos o hidroceles secundarias. Una resonancia magnética puede ser útil en casos complejos para evaluar la extensión de la infección.
Factores de riesgo y complicaciones
El practicar relaciones sexuales sin protección es la principal causa en menores de 35 años, la hiperplasia prostática benigna (HPB) es una causa común en mayores de 50 años, se obstruye el flujo urinario.
Otro factor de riesgos es el uso de sondas vesicales o procedimientos urológicos que introducen bacterias al tracto urinario, o la inmunosupresión en casos de diabetes o VIH, que aumenta el riesgo de infecciones graves.
Hay complicaciones potenciales como un absceso escrotal que es una infección localizada con pues y puede requerir un drenaje quirúrgico, la infertilidad por obstrucción del epidídimo o daño a los túbulos seminíferos, la atrofia testicular con pérdida de tejido por una inflamación prolongada, el dolor crónico post inflamatorio en hasta un 15% de los casos y la sepsis, en infecciones no tratadas, que puede ser una infección generalizada potencialmente mortal.
Algunos diagnósticos diferenciales que pueden surgir son la torsión testicular, con un dolor súbito sin fiebre, una hernia inguinal incarcerada o un cáncer testicular, con una masa dura no dolorosa.
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Tratamiento para la orquiepididimitis
El enfoque terapéutico depende de la causa subyacente.
Se puede realizar un tratamiento farmacológico con antibióticos, para las ETS y para las infecciones urinarias. Con antiinflamatorios no esteroideos (AINE) para reducir el dolor y la hinchazón, o con analgésicos en caso de haber contraindicaciones para ellos.
Se pueden tomar medidas generales como reposo en cama por 2 a 3 días, un soporte escrotal para aliviar la tensión y la aplicación de hielo por 15 minutos cada 2 horas si se encuentra en una fase aguda.
El tratamiento quirúrgico puede incluir el drenaje de abscesos si hay colección purulenta y en casos crónicos rebeldes al tratamiento, la epididimectomía.
El seguimiento debe hacerse con una reevaluación a las 48 a 72 horas para verificar una mejoría, y con pruebas de curación (urocultivo) una vez que se haya finalizado con el tratamiento de antibióticos.
Recuperación y cuidados en casa
Reposo y elevación del escroto
El paciente debe usar ropa interior ajustada para mantener el escroto en un buen nivel y así reducir la inflamación.
Aplicación de frío
El paciente puede usar compresas frías para aliviar el dolor.
Evitar relaciones sexuales hasta completar el tratamiento
Esto ayuda a prevenir la reinfección o el contagio de ETS que puedan hacer resurgir la condición.
Seguimiento médico
Que se realice el seguimiento es totalmente necesario para confirmar la erradicación real de la infección.
Prevención de la orquiepididimitis
Uso de preservativo
Ayuda a reducir el riesgo de contraer ETS.
Vacunación contra paperas
Puede prevenir la orquitis por parotiditis.
Tratar infecciones urinarias a tiempo
Ayuda a evitar la propagación bacteriana y posibles complicaciones mayores a largo plazo.
Hidratación adecuada
Es necesario que el paciente se mantenga siempre con una correcta hidratación para prevenir las infecciones urinarias.
Preguntas frecuentes (FAQs)
¿La orquiepididimitis es contagiosa?
Solo si es causada por una enfermedad de transmisión sexual como la clamidia o la gonorrea.
¿Cuánto dura la recuperación?
De 1 a 3 semanas si se sigue el tratamiento adecuado.
¿Puede la orquiepididimitis afectar la fertilidad?
Sí, si es que causa obstrucción del epidídimo o una atrofia testicular.
¿Se puede padecer de orquitis sin una ETS?
Sí, debido a infecciones urinarias, a padecer paperas o traumatismos.
¿Qué pasa si no se trata?
Puede llegar a generar abscesos, infertilidad o dolor crónico.
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Conclusión
La orquiepididimitis es una condición que se puede tratar, pero que requiere de un diagnóstico y manejo oportuno para evitar posibles complicaciones. Si experimentas dolor testicular, fiebre o inflamación, debes consultar a un urólogo inmediatamente. La prevención, con el uso de condón, vacunación e higiene) es clave para reducir riesgos.
Si tienes más dudas, o piensas que puedes padecer de orquiepididimitis, no dudes en acudir a un especialista, pues tu salud debe ser siempre lo más importante.
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