Hipospadias: Qué es, Tipos y Tratamiento

La hipospadias se ha presentado en los últimos años como una de las malformaciones congénitas más comunes que se da en los varones recién nacidos. Si bien su diagnóstico puede generar una gran preocupación en los padres, es una condición que, con una evaluación y el tratamiento adecuados tiene un excelente pronóstico.

En este artículo hallarás todo lo que necesitas saber acerca de esta condición, exploraremos cuáles son sus causas, qué tipos de hipospadias existen, y cuál es su tratamiento.

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¿Qué es el hipospadias?

El hipospadias es un defecto de nacimiento en el que la abertura de la uretra (el meato urinario) no se encuentra en la punta del pene, sino en la parte inferior de este, ya sea en el glande, el cuerpo del pene, la unión entre el pene y el escroto, o incluso en el perineo.

Esta condición se desarrolla durante la gestación, entre las semanas 8 y 14 de embarazo, cuando la uretra no se cierra completamente. Además, es común que esté acompañada de una curvatura del pene hacia abajo (chordee), lo que puede complicar la función sexual en la edad adulta si no se corrige.

¿Qué tipos de hipospadias existen?

La clasificación del hipospadias se realiza según la ubicación del meato urinario, lo que determina su gravedad y el enfoque del tratamiento.

 

Hipospadias distal o anterior

Es la forma más común y leve, la que se da en aproximadamente el 70% de los casos. Aquí el meato urinario se ubica cerca de la cabeza del pene, ya sea en el glande (subcoronal) o justo debajo de él. La curvatura del pene, si es que está presente, suele ser mínima.

 

Hipospadias medial o medio

La abertura uretral se encuentra en el cuerpo o tallo del pene. Representa alrededor del 10 al 15% de los casos. Suele estar asociado a un grado moderado de curvatura del pene (chordee).

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Hipospadias proximal o posterior

Es la forma más severa, que comprende tan solo cerca del 10% de los casos. En este tipo, el meato se localiza en la base del pene, en la unión con el escroto o en el área perineal. Casi siempre presenta una curvatura significativa del pene y el escroto puede tener una forma anormal (bífido).

 

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Causas y factores de riesgo

En la mayoría de los casos, la causa exacta del hipospadias es desconocida. Se cree que es el resultado de una combinación de factores genéticos y ambientales que interrumpen el desarrollo normal del pene durante el embarazo.

Algunos de estos factores de riesgo identificados son el tener antecedentes familiares de hipospadias, lo cual aumenta significativamente el riesgo de que esta condición aparezca en el niño.

Algunos estudios sugieren un riesgo ligeramente mayor en casos de edad materna avanzada o fertilización in vitro. La obesidad en la madre también se ha asociado con un mayor riesgo.

La exposición a hormonas (como estrógenos o progestágenos) o a disruptores endocrinos, como los ftalatos presentes en algunos plásticos o pesticidas durante el embarazo puede interferir con el desarrollo hormonal normal del feto, y también puede darse por un nacimiento prematuro y bajo peso al nacer.

 

Síntomas y características

El principal signo visible es la ubicación anormal del orificio uretral. Otros signos y síntomas asociados son chordeé, que es la curvatura hacia abajo del pene, sobre todo evidente durante una erección; un aspecto «capuchón» del prepucio, el cual no se desarrolla completamente en la parte inferior del pene, dando la apariencia de una capucha, mientras que la parte superior está normal: un rociado anormal de la orina, donde el chorro puede ser dirigido hacia abajo, lo que dificulta orinar de pie y, en casos severos, puede haber aspecto ambiguo de los genitales, que requiere evaluación para descartar otros trastornos del desarrollo sexual.

 

Diagnóstico y evaluación médica

El diagnóstico del hipospadias suele ser clínico y se realiza inmediatamente después del nacimiento durante el examen físico del recién nacudo. El pediatra o urólogo pediátrico identificará la posición del meato, evaluará si existe curvatura y revisará el estado del prepucio y los testículos.

Generalmente, no se requieren pruebas de imagen. Sin embargo, en casos graves de hipospadias proximal donde los testículos no han descendido (criptorquidia), se pueden solicitar estudios para descartar trastornos del desarrollo sexual, como una ecografía pélvica o estudios genéticos.

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¿Cómo se corrige la hipospadia?

El tratamiento del hipospadias es quirúrgico y su objetivo es corregir tanto la posición del meato urinario como la curvatura del pene, para lograr una función miccional y sexual normal, y una apariencia estética adecuada.

El momento ideal para la cirugía suele ser entre los 6 y 18 meses de edad. A esta edad, el niño tolera mejor la anestesia, el tejido es maleable y la memoria del evento es mínima.

Existen más de 200 técnicas quirúrgicas descritas, y la elección depende de la gravedad y el tipo de hipospadias. El cirujano utiliza tejido del prepucio o de la mucosa bucal para reconstruir la uretra y llevar el meato a su posición correcta en la punta del pene. La mayoría de las cirugías se realizan de forma ambulatoria.

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¿Cuáles son las secuelas del hipospadias?

Con una cirugía exitosa, la mayoría de los hombres llevan una vida completamente normal. Sin embargo, pueden presentarse algunas complicaciones o secuelas, especialmente en casos complejos o reparaciones múltiples, como la fístula uretral, que es una pequeña abertura anormal a lo largo del trayecto de la uretra reconstruida por donde sale orina, la estenosis del meato o de la uretra, que es un estrechamiento de la nueva abertura o de la uretra, la cual dificulta el paso de la orina, la aparición de un divertículo uretral, que es un abultamiento o ensanchamiento de la uretra que puede provocar que se acumule la orina, y la curvatura residual del pene, también llamada chordee, o problemas estéticos como un resultado cosmético no satisfactorio.

Muchas de estas complicaciones pueden corregirse con una cirugía adicional.

 

Prevención del hipospadias, ¿es posible?

No existe una forma garantizada de prevenir el hipospadias, ya que involucra factores genéticos y ambientales impredecibles. Sin embargo, se recomiendan medidas generales para un embarazo saludable que podrían reducir el riesgo, como la suplementación con ácido fólico en la dosis recomendada por el médico antes y durante el embarazo, evitar la exposición a disruptores endocrinos al limitar el contacto con pesticidas, humo de tabaco y ciertos plásticos, mantener un peso saludable antes y durante el embarazo y tener un control prenatal adecuado, que es esencial para manejar cualquier condición de salud.

 

Preguntas frecuentes (FAQs)

¿Es hereditario el hipospadia?

Sí, existe un componente genético. Tener un familiar de primer grado (como un padre o hermano) con hipospadias aumenta el riesgo de que un niño lo presente.

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¿La hipospadia afecta el tamaño?

No, el hipospadias en sí no afecta el tamaño potencial del pene. La cirugía correctiva está diseñada para preservar todo el tejido eréctil y permitir un crecimiento normal.

 

¿Qué tan común es el hipospadias?

Es una de las malformaciones congénitas más frecuentes en varones. Según los CDC, ocurre en aproximadamente 1 de cada 200 a 250 recién nacidos varones, y su incidencia parece estar en aumento.

 

¿El hipospadias afecta la fertilidad en la adultez?

Generalmente no, siempre que se corrija quirúrgicamente. Los casos graves no tratados pueden dificultar el depósito del semen en la vagina durante el coito. La cirugía exitosa permite una eyaculación normal. La fertilidad suele ser normal si los testículos y su función son normales.

 

¿Cuáles son los riesgos de la cirugía de hipospadias?

Los riesgos más comunes son la formación de una fístula uretral, una estenosis (estrechez) de la uretra, una curvatura residual del pene o una dehiscencia (apertura) de la herida. La tasa de éxito de la cirugía primaria es alta, superando el 90% en casos distales.

 

¿Cuánto dura la recuperación de una hipospadia?

La recuperación inicial toma de 1 a 2 semanas. Se suele dejar un catéter urinario durante 5 a 14 días para drenar la orina y permitir que la uretra cicatrice. Se recomienda evitar actividades bruscas o montar juguetes (como triciclos) durante unas 3 a 4 semanas. La cicatrización completa tarda varios meses.

 

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El hipospadias es una anomalía congénita del pene que puede afectar tanto la función urinaria como el desarrollo sexual . Detectarla y tratarla a tiempo es fundamental para prevenir complicaciones en el futuro.

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Conclusión

El hipospadias es una condición tratable con una excelente tasa de éxito quirúrgico. El diagnóstico temprano y la derivación a un urólogo pediátrico especializado son cruciales para planificar la corrección en el momento óptimo.

La intervención no solo busca una apariencia normal, sino también restaurar la función miccional y, a largo plazo, la función sexual, permitiendo que el niño desarrolle una vida adulta plena y saludable. El apoyo y la información para los padres son pilares fundamentales dentro de este proceso.

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