La fractura del pene es una lesión urológica grave que, aunque es poco frecuente, requiere de atención médica inmediata para evitar complicaciones permanentes. A pesar de su nombre, no implica la ruptura de un hueso, sino que se trata de la ruptura traumática de la túnica albugínea, la capa fibrosa que envuelve los cuerpos cavernosos, los cuales se llenan de sangre durante una erección.
Esta condición suele ocurrir durante relaciones sexuales vigorosas, y el síntoma más característico es un chasquido audible, seguido de dolor intenso, inflamación rápida y deformidad del pene, lo que hace que la mayoría de los casos sean inconfundibles.
Aunque algunos hombres pueden sentir vergüenza o reticencia a buscar ayuda médica, el tratamiento quirúrgico temprano es crucial para evitar secuelas como disfunción eréctil, curvatura anormal o problemas urinarios. En este artículo encontrará todo lo que necesitas saber acerca de esta condición y de cómo prevenir esta dolorosa lesión.
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¿Qué es la fractura del pene?
La fractura del pene ocurre cuando hay una ruptura de la túnica albugínea, que es la membrana fibrosa que recubre los cuerpos cavernosos. Esto suele suceder durante una erección, cuando el pene está en una posición más vulnerable a sufrir lesiones por flexión o impacto. Y aunque se le llama «fractura», no implica realmente un hueso roto, sino que es un desgarro interno que puede provocar dolor intenso, hinchazón y hematomas.
Diferencias entre fractura y otras lesiones peneanas
Es importante distinguir la fractura peneana de otras afecciones como el priapismo, que es una erección prolongada y dolorosa sin causa sexual, la enfermedad de Peyronie, que provoca la formación de tejido fibroso, lo que causa una curvatura anormal, o de contusiones o hematomas producidos por golpes externos sin ruptura interna.
A diferencia de estas condiciones, la fractura del pene suele presentar un chasquido audible, deformación inmediata y la pérdida de la erección.
Causas comunes
Relaciones sexuales intensas o en posiciones de alto riesgo
El coito con penetración profunda o en ángulos forzados es la principal causa de los casos de fractura peneana. Las posiciones donde la mujer está encima (como en la montada «a caballo») o aquellas en las que el pene puede deslizarse y golpear el pubis o el perineo de la pareja aumentan el riesgo. Los movimientos bruscos o cambios repentinos de postura durante el acto sexual también pueden generar suficiente presión como para romper los cuerpos cavernosos.
Masturbación agresiva o técnicas extremas
El aplicar torsión excesiva, doblar el pene erecto con fuerza o usar dispositivos de succión sin control son factores que pueden provocar una fractura. Algunos hombres intentan detener una erección doblando el pene, lo que también puede generar un traumatismo interno.
Traumatismos accidentales
Los golpes directos al pene erecto, como caídas, accidentes deportivos (especialmente en artes marciales, ciclismo o deportes de contacto) o incluso las lesiones laborales, pueden causar esta lesión. En casos raros, el pene puede fracturarse incluso al quedar atrapado en la cremallera del pantalón o por un impacto violento.
Manipulación médica o procedimientos urológicos
Es muy raro que suceda, pero en ocasiones, los procedimientos como la inserción de prótesis peneanas, inyecciones intracavernosas para tratar la disfunción eréctil o cateterismos mal realizados pueden generar una ruptura de la túnica albugínea.
Enfermedades que debilitan los tejidos
Aunque no es común, algunas condiciones como la enfermedad de Peyronie (que causa fibrosis en el pene) o infecciones graves pueden hacer que la túnica albugínea sea más frágil y propensa a romperse incluso con traumatismos menores.
Síntomas
Los síntomas de una fractura de pene suelen ser inmediatos y muy evidentes. Estos incluyen un chasquido o sonido de ruptura, muchos hombres describen haber escuchado un «crack» o crujido en el momento de la lesión, dolor agudo e intenso, que puede ser tan fuerte que provoque náuseas o mareos; hinchazón y hematoma y la pérdida súbita de la erección, ya que aunque el pene estaba erecto en el momento de la lesión, la fractura hace que la erección desaparezca de inmediato.
Además se evidencia una deformidad visible, en la que el pene puede adoptar una forma curva o irregular debido a la ruptura de los cuerpos cavernosos, y puede haber dificultad para orinar o sangrado uretral si la uretra también se ve afectada, lo que ocurre en aproximadamente el 20% de los casos, lo que provoca que pueda haber sangre en la orina o dolor al miccionar.
Diagnóstico médico
El urólogo preguntará sobre las circunstancias de la lesión (actividad sexual, traumatismo, etc.) y se hará una inspección visual que revela hinchazón, hematoma y, en muchos casos, una deformidad palpable en el sitio de la ruptura.
Una ecografía Doppler peneana en un estudio que permite visualizar la ruptura de la túnica albugínea y evaluar si hay daño en los vasos sanguíneos, y también ayuda a descartar otras condiciones, como trombosis vascular o priapismo.
La resonancia magnética (RM) es un opción que proporciona imágenes más detalladas que la ecografía, por lo que es especialmente útil en casos complejos o cuando hay sospecha de lesión uretral.
Además, si hay sospecha de daño en la uretra (por sangrado o dificultad para orinar), los estudios como la uretrocistografía o la uretroscopia permiten identificar desgarros o fístulas.
En la mayoría de los casos, el diagnóstico es rápido y el tratamiento quirúrgico se realiza dentro de las primeras 24 a 48 horas para optimizar la recuperación.
Tratamiento para la fractura de pene
El manejo de una fractura de pene siempre debe ser quirúrgico, ya que el tratamiento conservador (reposo, hielo y analgésicos) conlleva un alto riesgo de complicaciones permanentes.
Se realiza una intervención quirúrgica de emergencia en la que se repara la túnica albugínea. El cirujano hace una incisión en el pene, localiza la ruptura y sutura los tejidos desgarrados. Si hay daño uretral, esta se repara simultáneamente para evitar estenosis (estrechamiento) o fístulas, y luego se eliminan los coágulos de sangre para reducir la inflamación y prevenir infecciones.
El postoperatorio y la recuperación incluyen tomar analgésicos y antibióticos para controlar el dolor y prevenir infecciones. Se debe mantener reposo sexual, se recomienda abstinencia sexual durante 4 a 6 semanas para permitir la cicatrización adecuada.
Y es necesario hacer un seguimiento urológico con revisiones periódicas para asegurar que no hay complicaciones, como fibrosis o disfunción eréctil.
El tratamiento en casos no quirúrgicos (que es raro y no recomendado), es una opción que solo se considera en situaciones excepcionales donde la cirugía no es posible (por ejemplo, en zonas remotas donde no hay acceso a un urólogo). Sin embargo, el riesgo de deformidad permanente, disfunción eréctil y dolor crónico es muy alto.
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Consecuencias de no tratar la fractura del pene
Retrasar o evitar el tratamiento quirúrgico puede generar complicaciones graves como una disfunción eréctil permanente, pues la cicatrización anormal dificulta el flujo sanguíneo necesario para las erecciones; una deformidad peneana (en «hora de reloj»), en la que el pene puede curvarse de manera anormal, causando dolor durante las relaciones sexuales; fístulas uretrales o estenosis si la uretra está dañada, ya que puede formarse una conexión anormal (fístula) o estrecharse, dificultando la micción; dolor crónico por una inflamación mal curada que puede causar molestias persistentes; o fibrosis y placas de Peyronie, en las que la cicatrización excesiva puede derivar, lo que causa curvatura y dolor durante la erección.
¿Se puede prevenir la fractura de pene?
Evitar posiciones sexuales de alto riesgo
La posición en la que está la mujer encima, con movimientos bruscos es la más asociada a fracturas. La penetración profunda en ángulos forzados también aumenta el peligro de fractura del pene.
Usar la lubricación adecuada
Usar una buena lubricación reduce la fricción y la posibilidad de que el pene se doble de manera abrupta.
No manipular el pene erecto con fuerza
Es importante recordar que se debe evitar doblar o torcer el pene durante la masturbación.
Protección en deportes de contacto
Se debe usar suspensorios o ropa interior de soporte al realizar actividades físicas intensas.
Comunicación con la pareja
Esto es fundamental para coordinar los movimientos al mantener las relaciones sexuales y así evitar realizar flexiones peligrosas.
Tratar condiciones subyacentes
Si hay enfermedad de Peyronie o fibrosis, se debe seguir el tratamiento médico para fortalecer los tejidos.
Atención médica inmediata ante fractura del pene en Clínica Doctor T
Una fractura del pene aunque es poco común, sus consecuencias pueden ser graves si no se trata de inmediato. En Clínica Doctor T, contamos con especialistas en salud masculina capacitados para diagnosticar y tratar esta condición con rapidez y precisión.
Nuestro protocolo incluye estudios clínicos avanzados, atención quirúrgica si es necesaria, y un seguimiento integral para garantizar una recuperación completa.
No ignores el dolor, inflamación o hematoma tras una lesión íntima. Agenda tu consulta en Clínica Doctor T y recibe el cuidado experto que necesitas sin tabúes ni demoras.
Preguntas frecuentes (FAQs)
¿Qué tan común es la fractura de pene?
Es rara, con una incidencia estimada de 1 cada 175,000 hombres al año, pero puede estar subdiagnosticada por vergüenza.
¿Se puede curar la fractura de pene sin cirugía?
No. La reparación quirúrgica temprana es clave para evitar complicaciones a largo plazo.
¿Cuánto tiempo tarda en curarse una fractura peneana?
Tras la cirugía, la recuperación suele tomar 4 a 6 semanas, con abstinencia sexual durante ese período.
¿Posiciones que pueden causar la fractura del pene?
Las más riesgosas son la del «misionero» con penetración muy profunda, la posición de la «mujer encima» con movimientos bruscos o el practicar sexo anal sin la lubricación suficiente.
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Conclusión
La fractura del pene es una emergencia urológica que requiere de atención inmediata. Aunque es poco frecuente, sus consecuencias pueden ser graves si no se trata a tiempo. Por ello, la prevención mediante prácticas sexuales seguras y evitando traumatismos, es fundamental. Ante síntomas como dolor intenso, chasquido o deformidad, no dudes en buscar ayuda médica de inmediato.
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